Era verdad. Robbie habia dejado unos dias de ir a la de casa de Ines. Y ni siquiera habia llamado. Desde aquella tarde en que habia estado con ella, en que los dos se habia dejado vencer por unas ganas que hacia mucho venian reprimiendo, se sentia en falta, no podia pensar en mirarla naturalmente a la cara. Habia cosas que aclarar, cartas que poner sobre la mesa. Trataba de ocupar su mente en las cronicas, en el curso de cine, en las notas para la novela, pero por momentos se encontraba demasiado inquieto como para concentrarse en nada. El corazon le latio muy fuerte cuando escucho su voz en el telefono. Lo llamaba porque, decia, tia Bernardina queria hablarle de una nueva novela de ciencia ficcion que acababa de leer. Seguro, seguro, iria esa misma tarde. No, no tenia nada demasiado urgente entre manos. Llevaria medialunas para el te. O para el mate, si es que, en fin, ellos dos pordian charlar un rato, mate de por medio, mientras Bernardina dormia un rato. Si, por que no. Bien, los esperaban, entonces. Si, esa misma tarde. Tipo dos, dos y media, ¿estaria bien? Si, estaba bien. Dos y media. Podia llevar algo de su novela, si es que habia escrito algo mas. Si, tal vez algunas paginas. ¿Realmente queria que llevara esas paginas? Bueno, las llevaria. Al colgar Robbie sintio que todo lo disperso se acababa de reunir dentro de el y recobaba un sentido que en dias anteriores parecia haberse esfumado por completo.